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Archive for febrero 2011

Como siempre los últimos

España es el único de los grandes países europeos que no dispone de una ley de acceso a la información. El nuevo borrador del gobierno prevé cambios que siguen dejándolo a la cola europea.

Para competir con el resto de democracias, España no se puede quedar atrás en esto. Tener esta ley es permitir que los ciudadanos sepan que está pasando y actúen. Saber cuántos trajes se han comprado o a qué empresas se han financiado no debería ser tan difícil. Será que no interesa. Hacerla es cumplir con el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. O lo que es lo mismo, cumplir con la Constitución.

En la crisis, en educación y en la ley de acceso a la información España sigue siendo el vecino pobre. No es buena señal que el gobierno prepare una ley de transparencia sin consultar a la sociedad civil. En Reino Unido se publicó un libro blanco para explicar la ley y la población tuvo dos meses para mandar sugerencias.

El borrador, no se ajusta al Convenio del Consejo de Europa sobre acceso a Documentos Públicos. La definición de documento público se queda corta y los plazos de solicitud más largos que la media europea.

Para que la ley funcione, las instituciones tendrán que entender que están al servicio del ciudadano y no viceversa. En EEUU ya lo saben. Las agencias federales reciben 600.000 demandas de acceso al año. Siguieron el consejo del juez Louis D. Brandeis: “La luz del sol es el mejor desinfectante”.

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El nuevo disfraz de ETA

Batasuna, Partido Comunista de las Tierras Vascas o Askatasuna son todos partidos políticos pertenecientes a una organización terrorista. La nueva máscara de ETA se llama Sortu y dice condenar la violencia futura de este grupo.

“Queremos desarrollar nuestra actividad desde el rechazo a la violencia como instrumento de acción política si la hubiera en cualquiera de sus manifestaciones”. Ni rastro de condena a los atentados que dejaron 900 muertos y muchos menos atisbo de petición para la disolución de ETA.

Dice la ley de partidos que <<la disolución judicial de un partido político producirá los siguientes efectos: no procederá la creación de un nuevo partido político que continúe o suceda la actividad de un partido declarado ilegal y disuelto>>. Ilegal como lo es Batasuna. Varios de sus miembros asistieron a la presentación del nuevo partido. Iñigo Iruin (defensor de etarras y de la legalidad de marcas como Batasuna y ANV), Rufi Extxeberria ( penado con cárcel por colaboración con ETA) o Pernando Barrena (acusado y encarcelado por integración en organización terrorista) son algunos de ellos.

Suficientes evidencias para que no se pueda creer en un cambio hacia la democracia de la izquierda abertzale. Porque por mucho que se cambien los colores, se inventen un nuevo logo y adopten otro nombre, buscan lo de siempre: la fuerza política  de ETA en los ayuntamientos. Permitir eso es echar por tierra todos los avances en la lucha contra el terrorismo.

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Demasiado bonito para ser verdad

Los noticieros han comparado estos días de revuelta en Egipto con la transición democrática española. Comentaron que los habitantes de el Cairo tenían como referencia a nuestra democracia. Pero nuestro paso en la civilización solo se ha produjo con la muerte del dictador y Hosni Mubarak sigue aún muy vivo.

Tras dos semanas de manifestaciones, de llenar cada noche la plaza Tahrir y obviar el toque de queda, el país continúa con un dictador a la cabeza. La ilusión de un cambio árabe parece menguarse. El vicepresidente Suleiman se ha reunido con los opositores (bajo un gran retrato del presidente) para ofrecerles algunas aperturas como la liberación de presos de conciencia o la ampliación de la libertad de prensa. Mientras tanto, Mubarak sigue sentado en el mismo sillón.

Los empresarios empiezan a añorar la vida con Mubarak. El principal ingreso, el turismo, lleva 14 días mermado y la situación es preocupante para muchos. El temor de los que aún siguen acostados a los pies de los tanques es este. Los ciudadanos prefieren vivir bajo un dictador comiendo que hacer una revuelta y pasar hambre.

El tiempo juega en contra de los opositores. Cuantos más días pasan, se elimina el efecto de la revolución y el dictador se vuelve a hacer fuerte en su sitio junto con sus partidarios.  Y por si no fuera poco, el ejército que parecía apoyar una nueva democracia se desmarca pidiendo el fin de las revueltas. Demasiado bonito para ser verdad.

 

Foto de ElPaís.com

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