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Archive for enero 2012

Yo te comprendo

Yo os entiendo mirandeses. Comparto vuestra alegría y os tengo sana envidia. Los de mi tierra también juegan en 2ª B y un día también nos hicieron soñar con eliminar a un grande. Nunca he visto las gradas del Álvarez Claro tan llenas como aquel día celebrando el gol de Contreras de chilena al Athletic. Con ese recuerdo y vuestra emoción canté hoy el 2-1 de Caneda.

Vosotros lo tenéis mejor: en la banda izquierda tenéis a un infante banquero. Que aprenda la Familia Real lo bien que se lleva en Miranda la relación entre realeza y dinero. Pablo Infante juega al fútbol y se divierte porque no tiene ni un pelo de tonto. El bueno de Pablito parece jugar torneos domingueros con los amigos haciendo fútbol de barrio pero elegante. El fútbol que enamora e identifica.

Del “This is Anfield” a “Esto es Anduva” que reza la entrada del estadio del Mirandés, el rojo siempre fue sinónimo de épica. La misma ciudad que mañana tiene que “currar” cerca de la oficina de Pablo Infante es ahora el ejemplo a seguir. Ahora que estas alegrías se necesitan más que nunca el mensaje del “sí se puede” es la mejor de las enseñanzas.

Fuera el flequillo y bienvenida la esperanza. ¡Abajo los grandes y arriba el Mirandés!

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Tyson y el oportunismo

Cualquier estudiante o mejor cualquier periodista entiende lo que significa el oportunismo. En este texto me quería referir al ‘oportunismo de los suspensos’.

Hay que reconocer es que en mi caso tiene razón el profesor. Tengo fallos y con las reglas en la mano no llego al mínimo requerido. Pero mi reflexión no va sobre la nota ni pretende ser un ataque personal.

La exigencia es algo bueno para el alumno que lo obliga a aprender del esfuerzo ya que pocos en mi generación sabemos exactamente lo que es. Sin embargo, el esfuerzo debe tener una base realista. Quiero decir con esto que no puedes pedir a un ‘peso pluma’ que compita contra Tyson. Por la misma razón es casi imposible que un estudiante de periodismo pueda conseguir fuentes reconocidas que le otorguen información exclusiva cada semana sin ni siquiera tener un medio detrás que lo apoye.

Seamos realistas. La frase: “Hola, soy estudiante de periodismo” no es un buen aval. Es más, suele producir reticencias en este tipo de labores. Y aunque creas que en quinto de carrera ya eres periodista y te presentes como tal, que tu referencia sea un blog cualquiera sigue sin darte credibilidad. En algunas ocasiones cuela pero ‘Tyson’ no siempre va a tener un mal día.

Pero los nuevos somos valientes. No nos importa que nos digan que no, estamos acostumbrados. De hecho compartimos nuestra valentía con miles de periodistas más porque es la profesión más sencilla del mundo. Cualquiera puede serlo. Con una cuenta de Twitter, abrir un blog propio y no cometer faltas de ortografía tienes los mismos réditos que un licenciado para ejercer la profesión. La fuente no sabe si estuviste cinco años estudiando o saliste en Gran Hermano. Qué buenos tendrían que ser esos tiempos en los que periodista era trabajar en un periódico.

El único aspecto positivo de estas exigencias es aprender una de las bases del periodismo: los contactos. El buen periodista cuida y mantiene sus contactos. En otra bajada a la realidad esto se traduce a: si tu papá se dedica a esto, si no se dedica pero conoce mucha gente o si tienes la suerte de hacer prácticas gratis en un medio reconocido porque tu mamá (tu papá no pudo) te enchufó podrás ganar a ‘Tyson’.

Como oportunista podría añadir más ‘peros’ aunque de qué iba a servir. Lo mejor es seguir trabajando o entrenar duro para que algún día Tyson sea amigo de tu papá y tengas por fin una fuente reconocida. Al fin y al cabo el que eligió esta profesión fui yo y no mi papá.

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